martes, 4 de enero de 2011

De hospitales, accidentes y doctores manchados...

¿Han estado hospitalizados alguna vez? Espero que la respuesta sea que no, porque es una de las experiencias más culeras que una persona puede sufrir. Yo he tenido el infortunio de estar hospitalizado dos veces en mi vida, las dos veces por "accidentes" que se me han cruzado en mi camino... (la neta la primera vez fue porque me acuchillaron en la pierna, la segunda por un choque). Pero ahora años después de ver lo que viví en cada una de esas experiencias, me doy cuenta que neta es muy pinche el estar hospitalizado.

Hace diez años, terminé en el hospital Ángeles en la sala de emergencias, luego de que en un asalto terminé acuchillado en el muslo izquierdo, por la parte de atrás. (Es una historia larga y no tan divertida, pero es una de las experiencias que más me han marcado en mi vida). Lo que quiero contarles es mi experiencia en el hospital y no lo que me llevó ahí.

Me operaron, y estuve casi 5 horas en quirófano pa que me dejaran como  nuevo. Cuando desperté de la anestesia, estaba yo pateando, con 3 enfermeros encima tratando de controlarme, mientras gritaba que me dejaran (creo que seguía peleando y con adrenalina a todo lo que daba). Ya que me pudieron controlar y tranquilizar, me dejaron solo a que despertara en recuperación. Ya que empecé a medio tener consiencia de lo que pasaba a mi alrededor, y acordarme que me había llevado ahí, empecé a hacer inventario de que me sobraba y que me faltaba en mi puerquesito. Me ví las muñecas llenas de intravenosas, tenía yo chupones (de esos pa medir el corazón) en las chichis y en el pecho, vi que de mi pierna izquierda salía un tubito que venía de la herida, y que mi pierna estaba toda vendada (es el drenaje, para que toooodo lo que se junta en las heridas salga del cuerpo y evites infecciones). Pero derepente sentí algo extraño en el "pandita". Levanté lentamente las sábanas, y cuál es mi sorpresa, ¡que tenía yo una manguerita que salía del tuerto! Y lo primero que pensé fue "¿Cómo chingados metieron eso ahí? ¡Me acuchillaron la pierna! ¿por que meterse con mi pistiote?"... y luego mi preocupación se volvió otra... "¿Cómo mierda piensan sacarlo de ahí? ¿Me van a volver a anestesiar para sacarlo?...

Los siguientes días después de la operación, me di cuenta que era una de las situaciones más comodas sobre la fas de la Tierra, ya que yo no tenía que hacer ningún esfuerzo de nada, no me daban ganas de hacer pipí, y sólo veía como llegaban las enfermeras a cambiar bolsas y bolsas llenitas. Así que por un tiempo estuve conforme con esa sonda que me habían metido en salva sea la parte. Pero cuál va siendo el terror, cuando llegó el Doctor y me dijo que me tenían que sacar la dichosa sonda porque sino corría risgo de infectarse, mi respuesta fue "¿Y neta no me va a anestesiar? ¿No la podemos dejar ahí?"... ¿Cuál creen que fue la respuesta?

Entró una enfermera muy linda, y me dijo mientras me levantaba la batita (que como odio esas chingadas batitas) "Voy a contar hasta tres, y voy a sacarlo. No vas a sentir nada, pero necesito que respires profundo"... ¿Porqué chingados tengo que respirar profundo si no voy a sentir nada?...  "Unaaaa"  y sentí como agarraba la manguerita que tenía yo en el heredero...  "Doooooos"...  "Hay no mames... ¿entonces respiro cuando diga tres?, ojalá y no se sienta nada...." y nunca llegó el tres...  sólo sentí uno de los peores dolores, adores y molestias que había sentido en mi maldita vida. Se me nubló la vista,  y yo juraba que me habían sacado la vejiga completa por el miope... casi me desmayo...

Ahora de las batitas. ¡NO MAMEN! ¿Qué les cuesta hacer una batita que no ande mostrando tus miserias por donde pasas en el hospital si tienes la suerte de caminar mientras estás ahí? Uno anda cuidándose que no se le vean las naylons, pero es imposible. Lo único que se me ocurre es ponerte una batita por adelante y una por detrás. A la chingada, porque sino, parece que les encanta tenerte a tiro de piedra con las nachas al aire (digo... las mías son bonitas, ¿pero y las personas que las tienen feítas?)

Otra de las cosas espantosas que hemos tenido que vivir las personas que hemos estado en un hospital, es el terrible y maldito "Pato"... Ya que me habían quitado la dichosa manguerita mágica y me habían creado un trauma de por vida, yo seguía sin poder mover la pierna por lo menos por una semana más. Así que cada que tenía que ir al Pípi Room, me pasaban una madre espantosa, que de pato no se que demonios tiene. Nunca le encontré la chingada forma a un pato, no hacía cuac cuac, ni era agradable de ninguna manera. Creo que la peor parte era tener que pedir el pato, meterlo abajo de las sábanas, y tener que sufrir la penuria de hacer chis en esa madre enfrente de quien te la había pasado.

Pero creo que la peor cosa que te toca usar es el "Cómodo"... (¿Cómodo? ¿Cóoomodooo? ¡El hijo de su reputisima madre que le puso nombre jamás tuvo que cagar en una madre de esas!) Y para ser sinceros yo tampoco, pero el simple hecho de imaginármelo me dá escalofríos. Resulta que después de la operación como perdí mucha sangre, me pusieron dos unidades del vital líquido (un litro), y el otro litro tenía que generarlo yo sólo. Así que me pusieron a dieta de engorda (si si si... ya sé... sirvió demasiado bien). Me daban de comer como pavo navideño, con platotes de fruta, carnes frías, gelatinas, verduras, ensaladas, arróz, y demás cosas que estuvieran caducas en los refrigeradores de esos cabrones. Y como para mí uno de los grandes placeres de la vida es la comida, pues le entraba con singular alegría.

Después de 4 días de estar desayunando, comiendo y cenando lo que comería un jabalí salvaje, me dí cuenta de algo extraño: no había yo tenido necesidad alguna de ir a donde el Rey va sólo, a Rayar la porcelana, a hacer carita de león, a...  bueno, ustedes entienden... y me preocupé un poco. Yo soy una maquinita afinada, y este hecho me sacó de onda. En cuanto llegó el doctor a hacerme la revisión de rutina le pregunté que por qué no había yo tenido ganas de ir al trono... Su respuesta me dejó helado... "Ah, no te preocupes, es que cuando entraste a quirófano, te hicimos un lavado"...  ¿¿¿¿Quéeeeee???? ¡¡¿¿Quién mieeerrrda había consentido eso??!!! Nadie me preguntó "Oye, Ya que andamos en esas de operarte la pierna, ¿no te gustaría que te aplicáramos el Paquete Destapes?" ¿Mis papás habían dado consentimiento de eso? Que poca madre... Lo único que le doy gracias a Dios es que el anestesiólogo fue un chingonazo... me he despertado a la mitad de su Paquete Destapes y no habría habido poder humano que me hiciera ser normal de nuevo...  Ya me veo con el psicólogo preguntándome "Toma este oso de peluche y señálame dónde introdujeron la Karcher..."

Hay otra cosa que neta neta no extraño... Los baños de esponja. Se oye divertidos al principio, y crees que está chido que no tengas que hacer ningún esfuerzo para bañarte, ya que hay alguien que lo hará por tí. Pues mis queridos lectores, déjenme decirles que no, no es divertido, no, no es sexy, y no, no es como en las películas porno. No entra una enfermera que se cae de buena con una esponja y una cubeta, diciéndote "Has sido un muchacho sucio, y voy a tener que lavarte para que aprendas una lección" mientras se queda en lencería... No no no... es como bañar ganado para ellos (que en mi caso es algo muuuy similar). No te preguntan "Jóven, ¿me permite levantarle salva sea la parte para lavarle?" La levantan y le tallan con singular alegría. Te hechan el agua valiéndoles madre que esté tibia, caliente o fría. Así que es de las cosas que no... no extraño nadita de nada.

Hace algunos años tuve un choque bastante fuerte, donde yo no iba manejando, no tuve la culpa, y terminé hospitalizado 4 días. Ahora aqui va un tip del Panda para todos mis lectores y lectoras que me siguen... si van a chocar, por el amor de Dios, no lo hagan en un país más jodido que el nuestro... (No voy a decir en que país choqué por si alguien se ofende, en especial mis amigos Guatemaltecos). Una camioneta nos pegó del lado del pasajero a 60 km/h en un cruce sin semáforo, nos trompeamos y terminamos estrellados contra un poste de luz. Yo recibí todo el impacto, se me fue el aire, me lastimé el brazo, me corté con los vidrios, me pegué en la cara con la cabezota de la conductora (Jajaja se llamaba Yahaira... es neta...) se me salieron los zapatos, se me salió un pedo, pero podía moverme aún. Me dolía la espalda, el cuello, la cadera y el pecho. Mi puerta quedó encima de mí, con el cinturón de seguridad clavado en las lonjas. La única manera que tenía de salir era por la puerta del conductor. Llegaron los bomberos, y con el mayor profesionalismo me dijo uno de ellos "Oiga, ¿se puede mover?, es que está usted muy grande, así que encesitamos que nos ayude a sacarlo..." Bendito sea Dios que no tenía yo nada más grave, porque si no me hubieran acabado de chingar lo chingado.

Con un esfuerzo del tamaño del Queque (el Queque es un poco más grande que un chingo), logré empujarme y salir del carro. Ya afuera me subieron a una camilla... bueno... me acomodaron en una tabla, cargaron entre 6 cabrones mi magnánimo cuerpo, me pusieron un collarín tamaño Scotish Terrier (porque sólo a ese pinche perro le quedaba), y me subieron a la ambulancia. No me amarraron, no me sujetaron ni nada por el estilo. A la primer curva, casi me caigo de la chingada tabla (recuerden que me dolía mucho todo mi hermoso y escultural cuerpo). Si tuve que decirles "No mamen... deténganme, me voy a caer...". Ya entre mi ex-jefe y uno de los bomberos me sujetaron de la "Chumpa" (si no saben que és, háganme el favor de entrar a este link: http://espanol.answers.yahoo.com/question/index?qid=20070110140513AAKrlIi ).  De repente, se frenan para pasar un tope, y siento un chingadazo en la cabeza, con un sonido así como TOOOCCCC... Se cayó uno de los cascos de los bomberos y me dió justo en la tatema. "¡No mamen! si no me muero del choque, me van a matar ustedes..." y sí... se los dije.

Ya en el mejor sanatorio de la ciudad, me llevaron a sacarme como 30 radiografías. Cabeza de frente, de lado, brazo izquierdo, derecho, de costado, cadera de frente, de lado, piernas, espalda alta, baja, de frente, de costado (y no, no fueron 30 porque no cabía,  sino porque literalmente me escanearon todo el puerco). Pero no crean que era uno de esos Rayos X donde te acuestas y el aparato se mueve a tu alrededor... no, era fijo. Así que con todo el dolor que tenía ya en ese momento en el cuello, espalda, brazos, cadera y piernas, tenía yo que moverme y colocarme en posiciones extrañas para que pudieran ver si estaba algo roto. Me pedían que respirara profundo y que me mantuviera así sin moverme. Y todavía tuvieron la poca madre de decirme varias veces "Se movió señor... vamos a tener que repetirla..." ¡¡No mames!! no podía ni levantar un brazo del dolor, creía que tenía la espalda hecha mierda, ¿y estos pendejos me hacían retorcerme como chinicuil en comal?

Cuando acabó mi sesión de fotos, me pasaron a hacerme una tomografía, por el chingadazo que traía yo en la jeta. Ahora, si los han llevado a sacarse una tomografía alguna vez, sabran que el cuarto donde esta el chingado aparato es frío como la chingada (a los pinches pingüinos se les aflojan los mocos del pinche frío que hay ahí) y a mi me traían sólo con la chingada batita pendeja (que veo que es internacional). Empecé literalmente a temblar del puto frío que hacía. No me había muerto del choque, ni del traslado, ni de las radiografías... me iba a morir congelado como mamut prehistórico en una puta camilla... y para acabarla de chingar creo que o había cola para usar el aparato, o no sabían como mierda se prendía, porque me tuvieron ahí un chingo de tiempo. "Oiga joven... ya ni la chinga, deme algo pa taparme o sáqueme de aquí... lo voy a madrear completito y lo voy a meter a un pinche congelador de carnes frías con las nalgas al aire para que vea que chingón se siente" (no lo dije, pero hubiera estado chingón).

Ya en México, llegué con collarín, cabestrillo y dolor en todo el cuerpo. Para quedarnos tranquilos que neta yo no tenía nada, fui con un doctor que me recomendó una de mis ex y que trataba a toda su familia. Me puso la rechingada batita que tanto me gusta y procedió a hacerme el chequeo. Revisó mis radiografías, mis tomografías, el zurcido inglés que me habían hecho en el brazo (me cosieron una herida que ameritaba vendoletes), revisó mis electrocardiogramas. Y de pronto que siento su mano en las joyas de la familia... "Oiga Doc, ¿si sabe que estuve en un choque? no me violaron... ¿para que me revisa los panditas?" y su respuesta fue "Tengo que revisar que todo esté en su lugar..." Ok, creo que por eso dicen que se te suben los huevos a la garganta. El problema es que un año después regresé a que me revisara, porque traía yo una pinche tos de perro que creía que era neumonía... y cuando me hizo la revisión me volvió a agarrar los gumaros (Jajaja gracias OCO). "Oiga Doc, ¿Si sabe que lo que tengo es tos? ¿Por qué mierrrrda (leer con rrrrr marcada pa que se oiga más chingón) me agarra los webbos?"... "Pues porque tengo que checar que todo esté en su lugar...". ¡Mis Webbos! A mi no me engaña... digo, no lo culpo la neta, pero no mamen, por lo menos si se hubiera calentado tantito las manos antes de hacerme el favor...

Así que las enseñanzas del blog de hoy: 
1.- Cuídense y no hagan pendejadas que los lleven a un hospital, ya que ahorita años después lo puedo contar con una sonrisa en la cara, pero en su momento fueron pruebas muy fuertes que tuve que vivir con mi familia, por errores míos que no volveré a cometer.
2.- No choquen en un país cuartimundista... de por sí está de la chingada en México, ahora en un lugar más jodido está de la fruuuta.
3.- Si un Doctor se pasa de listo cuando los va a checar de cualquier cosa, cuéntenselo a quien más confianza le tengan... ¡y mucho ojo eh!

Y ya los dejo, porque me está doliendo la mano de tanto escribir, creó que hoy en la tarde iré a ver a mi Doctor, a ver si me hace el favor por lo menos...

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